Existen múltiples trastornos congénitos y adquiridos, muchos de ellos notorios pasados algunos años de vida.
En este apartado, se citarán a manera de ejemplo, los problemas del cierre de la mandíbula, conocidos en la jerga médica como malaoclusión.
Independientemente de los aspectos estéticos de una mandíbula prominente, o casi oculta (perfil de pájaro), la malaoclusión produce trastornos masticatorios que repercuten en las piezas dentales y en el resto de la cara.