Se ocupa del tratamiento de las diversas anomalías congénitas del niño: labio leporino, fisura del paladar, deformidades de la cara, falta de despegamiento de los dedos de las manos o los pies, etc.
Implica no solo realizar cirugía, sino los aspectos psicológicos y sociológicos de adaptación por parte de los padres del niño enfermo.